¿Te imaginas las ventajas de casarte a finales de verano? Si estás buscando fecha para dar el sí quiero al amor de tu vida deberías plantearte elegir septiembre para tu celebración. Este mes es muy especial por muchos motivos, que desgranaremos, uno a uno, en las siguientes líneas para que no te queden dudas.
¿Cómo elegir fecha para una boda?
A la hora de elegir fecha para una boda hay muchos factores a tener en cuenta. Cuestiones personales, supersticiones y aspectos prácticos se combinan entre sí dejando a las novias algo despistadas.
Y es que, al final, muchas veces no resulta nada sencillo concretar un día y una hora. Pero te lo vamos a poner fácil:
- Piensa en tu boda ideal. Imagina lo que os rodea a ti y al novio, ¿es verano? ¿hace buen tiempo? ¿las invitadas llevan vestidos de tirantes o mangas francesas? ¿te rodea el campo o visualizas un paisaje urbano? Al hacer este ejercicio no solo decides, a grandes rasgos, si quieres una boda de invierno o una boda de verano, sino que también puedes terminar de averiguar si tu sí quiero será en una ciudad o en una finca para bodas.
- Si has visto campos, montañas y mucho verde, entonces tienes claro que lo que más ilusión te hace es que la celebración se lleve a cabo en una finca para bodas. No hay tantas disponibles cerca de Madrid y las fechas se agotan pronto. Filtrar entre las mejores fincas para bodas cerca de la capital y averiguar qué días les quedan disponibles te ayudará a elegir fecha para tu boda.
- Cuando quieres que te acompañen personas importantes, has de asegurarte de que podrán estar allí en tu gran día. Si tu mejor amiga vive a miles de kilómetros de España o la hermana del novio se acaba de mudar a otra ciudad por motivos de trabajo has de tenerlas en cuenta en tu planificación. Prescindir de su compañía en esa fecha no es una opción, así que tendrás que buscar un día que encaje con las opciones de viaje a su alcance. Dale la noticia, sacad las agendas y buscad el momento en que te asegure que podrá coger un avión o hacer un desplazamiento en coche para todo el fin de semana.
Estos factores son determinantes a la hora de tomar una decisión de este tipo, y tienen mucho más peso que supersticiones, como las relacionadas con determinados números o días de la semana. Tenlas en cuenta para cerrar fechas en la planificación de tu gran día cuanto antes y no te quedes sin tus proveedores favoritos de música, fotografía o catering.
4 razones por las que casarte a finales de verano
Puede que, siguiendo las claves que encontrabas en el apartado anterior hayas llegado a la conclusión de que darás el sí quiero en la época más cálida del año. Pero el estío tiene tres meses, ¿cuál elegir?
Si conoces las ventajas de casarte a finales de verano, seguramente ya no te plantearás buscar fecha en los meses de julio ni agosto. Septiembre (con “S” de SÍ en mayúsculas) es tu mes, porque:
- Te apetece que haga buen tiempo, pero no quieres pasar calor. Con esta decisión, aumentas la elegancia de tu celebración en varios grados, justo los que bajan las temperaturas. Las prendas que, tanto el novio y tú, como los invitados llevaréis serán algo más formales que las que el calor aplastante de los meses anteriores os permitirían mostrar.
- Piensas que es el mejor momento para disfrutar de los paisajes que rodean a la finca elegida. La combinación de las últimas flores silvestres, con el verde intenso de los árboles y los campos que empiezan a teñirse de amarillo ofrece una riqueza cromática que se convertirá en el mejor escenario para un día de cuento. Cualquier fondo que escojas para las fotografías del reportaje de bodas será perfecto.
- Quieres tener la seguridad de que el clima hará posible celebrar algunos momentos de tu gran día al aire libre. Se trata de un capricho del que no te planteas privarte. La ceremonia que coincide con la caída del sol, los aperitivos en el jardín o la barra libre en el patio interior de esa hermosa finca que te ha encandilado pueden ser alguno de esos instantes mágicos que, de esperar unas semanas más, podrían no producirse debido al frío, el viento o las lluvias.
- Planeas disfrutar innovando en la decoración para la boda. Por mucho que cada novia trata de evitar lo inevitable, hay elementos comunes a las bodas de invierno, las de otoño, las de primavera y las de verano. Y, precisamente, una de las ventajas de casarte a finales de verano es que es una época difícil de encasillar. Ni los rojos y oro, o blanco y plata; ni los tonos naranja y tierra; ni los verdes y azules, ni los colores tropicales combinados… o todos ellos. En este momento del año, todo vale, todo pega y cualquier idea que a ti te guste, muy probablemente funcionará con lo que rodea a tu gran día.
Otra de las ventajas de casarte a finales de verano tiene que ver con la elección de fechas que comentábamos en el apartado anterior. Y es que, por una parte, tienes más probabilidades de que tus amigos más especiales y esos familiares que no quieres que se pierdan tu celebración ya hayan vuelto de sus vacaciones. De esta forma no les resultará complicado reservar en su agenda el día solo para ti en el que darás el sí quiero.
Por otra parte, al alejarte de los principales fines de semana de bodas, que son durante los meses de primavera y principios de verano, te aseguras de que tu finca favorita estará disponible para ti, así como el mejor servicio de catering de Madrid.