Fue en 2016, una boda en 29 de febrero que sorprendía a todos, desde el momento en que recibieron la invitación y comprobaron la fecha en que los novios habían decidido que se celebrase.
Su espíritu aventurero y su gran capacidad para planificar se concretaron en un día que aparece y desaparece cada cuatro años. ¿Te atreverías a celebrar tu boda en 29 de febrero? ¿Tienes curiosidad por conocer la experiencia de estos novios que se dieron el sí quiero en Casa de Oficios?
Boda en 29 de febrero: a la búsqueda del año bisiesto
Los novios tenían muy claro lo que querían, igual que todas las decisiones que habían tomado en su vida, que les habían llevado a puntos del globo muy diferentes, en ocasiones por trabajo y otras por amor. Organizarían su boda en 29 de febrero.
Una fecha arriesgada, y, ahora, falta solamente un año para que esta fecha vuelva a estar disponible (además caerá en sábado, por si te animas a apuntarla en tu agenda). Un día que dice mucho de la personalidad de ambos.
La novia nos contaba que elegía celebrar su boda en 29 de febrero por muchas razones diferentes:
- Es un día muy especial, para una novia y un novio únicos, que busquen que absolutamente todo lo que tenga que ver con su celebración sea exclusivo.
- El 29 de febrero es la forma de corregir un error humano, aceptarlo y celebrarlo dice mucho de la visión que tenéis, tanto tú como el novio, de lo que significa un compromiso.
- Cada cuatro años tienes la ocasión de hacer una fiesta por todo lo alto, para rememorar el día de tu boda.
- Si te olvidas de la fecha de aniversario el 28, siempre puedes celebrarlo el 1 de marzo sin que se note el despiste.
Además, daba la casualidad de que su cumpleaños también caía en 29, aunque de otro mes. Por lo tanto, aún hace que este día sea más fácil de recordar.
Dejando a un lado las supersticiones, como la que cuenta que griegos y romanos pensaban que comenzar un nuevo evento en la vida, desde casarse hasta bautizar a un niño, en un año bisiesto traería mala suerte; se trata de una fecha bonita que tiene otra gran ventaja.
Este beneficio adicional es que está alejada de las épocas de mayor demanda de fincas para bodas, que son la primavera y el verano, Semana Santa, San Valentín y la Navidad. Esto aumenta las posibilidades de tener Casa de Oficios disponible para ti y también a los mejores proveedores de servicios para tu celebración.
Así que, ese día, si te organizas bien podrás contar con el mejor servicio de catering, un DJ de altura, el fotógrafo de bodas de tu elección y a los expertos con mejor reputación en flores para bodas, así como a tus favoritos en maquillaje y peluquería.
Cómo celebrar una boda en 29 de febrero
Aparte de lo especial de la fecha, que desde luego lo es, de esa boda en 29 de febrero lo que recordamos es el cariño con que fue preparada. Los novios vivían fuera de España y los viajes formaban parte de su día a día. Precisamente, por eso escogieron una forma de celebrar un día tan único muy nuestra.
La elección de la finca Casa de Oficios la tuvieron clara desde el principio: querían empaparse de ese paisaje, que quedase constancia de él en cada instantánea y en la memoria de todos. Volver a las raíces era su objetivo, puesto que ambos se habían criado en pequeñas localidades cercanas a la Sierra.
Además de eso, lo que buscaban era poner un toque vanguardista, pero aplicado a los elementos más típicos de nuestro folclore y gastronomía. Eso se notó en detalles como los siguientes:
- La presencia del cortador de jamón, estrella del aperitivo y punto de encuentro de los amantes del buen gusto ibérico.
- La recreación de la calle de un pueblecito tradicional que los profesionales del catering lograron con acierto en los jardines que rodean a Casa de Oficios, donde en cada puesto se podía degustar una especialidad diferente: el showcooking de huevitos, la barca desde donde se servía pescadito frito, las cazuelitas, la empanada gallega y el pulpo, la fondue de solomillo y el carrito de los quesos.
- El menú de bodas, donde uno de los platos era el rabo de toro guisado a la manera tradicional, pero con una presentación rompedora.
- Los postres, que incluían un espectáculo de cocina en directo en el que los camareros flambeaban en el plato a cada comensal, personalizando el servicio.
Y, después de los mejores bocados, la conversación más amena y de disfrutar sin límites, todos bajaron a la bodega de Casa de Oficios, donde se celebraría el baile. Barra libre de gin, luces de colores y una recena que no podía ser más acorde a los gustos de estos novios: chocolate con churros.
El broche de oro a un día que se nos pasó volando, y en el que la finca se decoró con cientos de avioncitos de papel que pendían de hilos desde las ramas de los árboles, de meseros con nombres de ciudades lejanas en países exóticos, de una decoración de bodas alineada con la temática de los viajes y del número 29 como motivo, casi como seña de identidad de esta pareja, que decidió celebrar su boda en 29 de febrero. ¿Te veremos por aquí el próximo año bisiesto?