Las novias que nos han elegido para casarse coinciden en que la Finca Casa de Oficios tiene una luz especial. Lo dicen quienes se casaron en los meses de verano, también las protagonistas de bodas invernales y a ellas se unen las que dieron el sí quiero en los meses de transición, fueran primavera u otoño. Nosotros sabemos que ése es uno de nuestros secretos mejor guardados.
La Finca Casa de Oficios disfruta de largas horas de sol, también en los periodos más fríos, cuando las temperaturas bajan. Pero es, precisamente en esas temporadas, cuando invitamos a las parejas de novios a hacer suyas todas las partes del interior de nuestra casa. Y ahí es donde comprueban que, allá donde vayan, la iluminación es la más acertada.
La magia de la luz en la Finca Casa de Oficios
En la Finca Casa de Oficios somos expertos en luz y la mejor prueba son los reportajes fotográficos, testigos de las instantáneas más bellas de multitud de bodas y diferentes parejas de novios. Para conseguirlo nos basamos en 3 elementos:
- Diseño: el diseño de las luminarias se adapta perfectamente a cada estancia. El resultado es muy armónico porque, igual que con todo en la Finca Casa de Oficios, hemos tratado de buscar el equilibrio, con la intención de proporcionarte el balance adecuado, a modo de lienzo en blanco, para que tú personalices cada espacio y cada parte de tu celebración a tu manera.
- Intensidad: la fuerza de la iluminación tiene que ser la adecuada en cada momento. No es lo mismo la ceremonia que la degustación del menú o la recepción y, por supuesto, nada tienen que ver cualquier de estas partes de la celebración de una boa con la fiesta posterior. En la Finca Casa de Oficios sabemos que en los detalles está la clave del éxito y, logrando la intensidad de luz adecuada sabemos conseguir que los novios y sus invitados se encuentren a gusto durante todo el día.
- Calidez: a diferencia de las luces frías, de tonalidades más blancas, las de gamas amarillas consiguen potenciar la belleza de un lugar. No sólo la de los elementos decorativos, sino la de los rostros, que se muestran más agradables, jóvenes y frescos; y la de los vestidos, que resaltan sus detalles de una forma más elegante.